Fui bendecida con hermosas personas que conocí en el camino… haciendo un recuento muchas me quedaron de actividades por las que pasé y lo maravilloso es que escribiendo esto me doy cuenta de que estás relaciones se consolidaron luego de dejar aquellos trabajos, ¿coincidencia o consecuencia? Se los dejo a su análisis.
Una de ellas dijo una frase que se quedó en mi memoria: “cuando yo entraba a reparar algo a un hogar lo importante no era el trabajo si no LAS PERSONAS”. Debo admitir que en ese momento mi inmadurez no me dejó ver lo que eso significaba en su totalidad. Lo atesoré solo por escucharlo de quien venía.
Fue cuando comencé un camino de autoconocimiento, que esto empezó a rondar en mi cabeza.
¿Qué significa que lo importante sean las personas?
¿Qué significa para mí que lo importante sean las personas?
¿Cuáles personas? ¿Hay algún tipo de clasificación o son todas?
Estos disparadores hicieron que me haga una pregunta fundamental: ¿me siento una persona? O mejor dicho: ¿me siento con la capacidad de sentirme importante para los demás?
Dejando de lado todo sentido de ego o soberbia, mi pregunta apunta a cómo puedo saber si el otro es importante, si yo misma no me siento así.
Trabajando mucho sobre eso comencé a hacer un espacio en mi vida a la pregunta y la repregunta.
Asumí el desafío de la distancia y el cambio de perspectiva. Esto me dio alegrías, tristezas pero por sobre todo aprendizaje: el valor de una buena conversación, conmigo y con otros; el compartir por compartir, sin otros intereses ni objetivos; el tiempo sin enfoque o lo que es lo mismo, el tiempo sin enfoque productivo.
Me di cuenta que esto facilita, o no, la comunicación entre las personas, dependiendo de qué decida entregar en determinados días. ¿Resulta loco pensar que podemos decidir eso? Lo paradójico fue que algunas personas entendían esto como distancia, falta de interés… pero, si no estoy bien como persona ¿cómo puedo ser una buena compañía para otros?
Refugiarse en la introspección, darnos nuestros pensamientos, regalarnos emociones tratando de regularlas… ¿son necesariamente procesos que debemos realizar entre personas o implican conversaciones internas y compartirlas en el momento oportuno para complementar nuestro aprendizaje?
¿Será que entendimos mal a lo que iba el individualismo y lo aplicamos a las áreas incorrectas? Dijo Cerati: “Separarse de la especie por algo superior, no es soberbia, es AMOR”.
A lo mejor nuestra idea romántica nos lleva a pensar que se refiere a un amor por el otro. Permítanme mi libre interpretación: amarnos como personas nos abre el camino de amar a los demás como iguales, no por debajo, no por encima, codo a codo. Sabiéndonos con defectos y virtudes, que nos dan el carácter de seres humanos capaces de amar y ser amados.
Mercedes Bacile
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